Dejar ir las lágrimas
al sentir las primeras palabras
que te notifican el diagnóstico.
Dejar ir la rabia,
al sentirte la elegida.
Dejar ir el dolor,
al sentir el primer pinchazo.
Dejar llegar la sonrisa,
al acabar la primera tanda.
Dejar llegar la serenidad,
de que todo tiene su ritmo.
Dejar llegar la sonoridad,
con el resto de mujeres,
afectadas y no afectadas.
Dejar llegar los sueños,
que vienen renovados y
con más fuerza.
15-3-17
2 comentarios:
¡Enhorabuena por el conjunto foto poema! ¡Genial, una vez más!
La crudeza inyecta la fuerza que, por naturaleza, se encuentra en acechanza y, no desmelancoliza, porque está ahí la malaventuranza, pero sí instrumentaliza afrontado la terrible liza.
Gracias!!! Es uno de los poemas de los que estoy más orgullosa 😘😘
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