Los recuerdos que tenemos de nuestra infancia, de nuestra adolescencia, de los lugares por donde estuvimos, de las personas a las que conocimos, estan guardadas en nuestra memória como si de paraisos idílicos se trataran.
Cuando volvemos en nuestra madurez a pasear por las mismas sendas, a ver esos mismos rostros, nos damos cuenta que nuestra memória sólo almacena y dulcifica los recuerdos...
Nos damos cuenta que el tiempo no pasa para todos igual.
Hay quien se acomoda, quien se transforma en aquello que siempre habia rechazado y quien ha ido evolucionando sin perder su esencia.
Que doloroso es darte cuenta de que ese ya no es tu lugar y que sigues siendo la nota discordante.