y así poder olvidar todo el
dolor acumulado.
Este dolor que no deja de oprimir
el pecho, que hace que las lágrimas
se agolpen en la comisura de mis ojos.
Este dolor que me ahoga y no me deja respirar,
que hace que en medio de la noche me despierte
con el corazón dolorido y queriendo olvidar.
Bendito alcohol, que me ayuda,
por un momento,
a olvidar.