la diferencia entre un hombre guapo y uno bello,
no radica en unos rasgos, más o menos
armoniosos.
Está en esos ojos que brillan,
pese a que le han roto el
corazón más de 1000 veces.
Está en esa media sonrisa,
al recordar un suceso,
o al pensar en guardar
el que está sucediendo.
Está en esas manos,
trabajadas o no, que
recogen los pedazos y
los intentan unir.
Está en esos brazos,
que te arropan cuando
te asaltan los
monstruos internos
Está en ese músculo
que no se ve, pero
que es capaz de
sacarte una carcajada
en un segundo
Que sí, que a todas nos
gustan unos buenos abdominales
y un buen calibre, pero,
si os he de ser sincera,
prefiero mil veces a
un hombre bello.
30 de setiembre de 2017
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