Que ilusos somos, pensamos que lo tenemos todo controlado, pero no contamos con que la comunicación no verbal nos juega malas pasadas cuando menos lo esperamos.
Gestos habituales en nosotros, toman otro cariz, dependiendo de a quien se los dediquemos en un determinado momento.
Nuestra mirada nos delata, y bajo los ojos de un buen observador puede gritar a los cuatro vientos nuestros más recónditos deseos ocultos.
Puede ser nuestra más fiel aliada y ayudarnos a conseguir nuestros deseos más perversos o ser nuestra peor enemiga y dar a conocer nuestros secretos mejor guardados.
1 comentario:
Nuestro lenguaje corporal, nos puede delatar fácilmente cuando dejamos de ser consciente que existe un inconsciente!!
Pocos tienen el don de Observar, casi la mayoria vivimos nuestras vidas viendo solo las luces destellantes y no la oscuridad que se oculta en los deseos secretos.
Besitos!!!
Ángel :)
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