Esa mirada que es capaz de traspasar mi mente, que hace que mis pensamientos sean un continuo mar de fluidos... Esos labios que acicalan una voz, que, susurrando, cada vez se va atreviendo más a erizar mi piel hasta que la luz del sol va desapareciendo... Esa ausencia del tacto de mis uñas sobre esa dermis que solo hace que llamarlas... Ese miedo a enviciarme...
Quiero describir y no puedo... No se puede describir la sensación que me produce el rozar tu piel, acariciarla suavemente con la yema de mis dedos, o con el final de mis uñas.... La sensación de clavarte las uñas, mirarte y notar la ola de sensaciones y reacciones que te recorren todo el cuerpo... Notar esos leves temblores, ese erizarsete toda la piel E ir notando, como a la vez, mi respiración se acelera y mi lengua y mis labios se humedecen...