Qué difícil es plasmar en palabras lo que nuestra imaginación inventa.
Cómo poder describir todas esas sensaciones a las que nuestra mente nos lleva...
Cómo poder transmitir esa excitación...
Cómo describir esa sensación al cerrar los ojos y sentir el tacto de esa lengua irreal empezando a acariciar un cuello demasiado sensible y, que aún sin llegarlo a tocar, sólo con la leve caricia de ese aliento que se acerca ya consigue que se empiece a estremecer cada poro de una piel que ansia ese contacto...
Y hace que mi boca empiece a salivar y vaya saliendo de su cueva para buscar el tacto de esos labios carnosos, de esa lengua gustosa para empezar unos juegos malabares que no sabemos a donde nos llevaran...
Nuestras lenguas estan ansiosas por jugar y no existe mejor campo para ello que nuestros cuerpos, que al más leve contacto empiezan a entonar una melodia, a veces acompasada, al unísono otras